LA CAPACIDAD DE ENDOSE DE FUERZA SOCIAL
El Comercio
Por: Enrique Bernales Ballesteros Jurista
¿Por qué, entonces, no preferir el riesgo de una candidatura propia que responda más auténticamente a este perfil de nueva izquierda, moderna y democrática? Tal candidatura, además de contar con el respaldo de una lideresa que logró capturar y cautivar Lima, despertaría dos factores de indudable arrastre electoral: simpatía y novedad.
Se dirá que Villarán no tiene capacidad de endose. Ese argumento pertenece al conservadurismo político, que no acepta la existencia de cambios en el ciudadano peruano. Su equivocación radica en que no ve los cambios que se vienen operando en la conducta promedio de los peruanos: mayor autoestima e independencia; seguridad y capacidad para emprender cosas nuevas en lo económico, en lo social y, por tanto, en lo político. En un contexto de esta fluidez, es lógico admitir que si Fuerza Social nomina un candidato propio, parte de esa ciudadanía expectante y emprendedora se vuelque hacia ese lado. El ciudadano nuevo es concreto y antropomórfico, no vota por estructuras ni organizaciones; vota por personas con talento, carisma, trabajo y decisión para construir un espacio con proyecto.
El otro argumento de quienes rebaten la potencialidad de Fuerza Social es que ella solo obtuvo segundos y terceros lugares en varios de los distritos donde compitió. Bastaría sumar esos cocientes electorales para caer en la cuenta del enorme potencial de su electorado, lo que le significaría colocar algunos representantes por Lima en el Congreso. Fuerza Social cuenta, además, con bases en Junín, Cajamarca y San Martín, y con movimientos regionales ajenos al humalismo y a los remanentes de la izquierda marxista de los años 80. Ven en ella una organización política que ofrece esa opción de modernidad, democracia y justicia a la que aspiran. Está también el mayoritario electorado joven y socialmente transversal que apoyó a Susana Villarán y que se constituye como un grupo dinámico en el que los mensajes, muy interesantes en su visión de la sociedad, circulan muy rápido, especialmente en Internet.
Esta izquierda moderna reconoce el valor y eficacia necesaria del crecimiento económico a través del mercado y no comparte tesis estatistas ni cambios bruscos que asusten a la inversión privada. Rechaza los modelos autoritarios, pero reclama, en cambio, inclusión, mejor distribución del ingreso, acabar con la pobreza y construir una sociedad más justa y abierta a las oportunidades para todos.
¿Por qué esa izquierda moderna y sensata solo es posible en Chile, Brasil o Uruguay? ¿Por qué esa izquierda democrática no podría postular candidato propio a través de Fuerza Social? Su presencia, con la personalidad que más coherente e inteligentemente la represente en el 2011, debiera ser gravitante para el enriquecimiento del sistema político peruano.