jueves, 17 de junio de 2010


A PROPÓSITO DEL DEBATE SOBRE LA OBJETIVIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL COMPROMISO DEL HISTORIADOR

NR Este blog, en un afan democrático de expresar todas las corrientes intelectuales sobre temas de la incursión histórica de los intelectuales en la política, divulga éste artículo, sin estar, necesariamente, de acuerdo con lo vertido en el. Pero sí hacemos imcapié que publicaremos posiciones ideológicas, mientras que no expresen  dogmas irreversibles ni propongan soluciones antidemocráticas, intolerantes o violentistas.
------------------------------------------------------------------------------------
21 de marzo de 2010
CONTINÚA EL DEBATE SOBRE LA OBJETIVIDAD Y EL COMPROMISO SOCIAL


Publicado por el Centro de Investigación Qantu de la Universidad  Federico Villareal
“El criterio de la verdad no puede ser otro que la práctica social. El punto de vista de la práctica es el punto de vista primero y fundamental de la teoría materialista dialéctica del conocimiento...” (Mao Tse Tung 1975:7)


“…no soy un crítico imparcial y objetivo. Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano…” (José Carlos Mariátegui).


“La neutralidad en la ciencias histórico sociales en una sociedad signada por la lucha necesaria de intereses es una ficción” (Morote E. 1983:9)
Mientras las luchas del pueblo se desarrollan, superándose el repliegue político general a inicios del siglo XXI, en el plano de la contienda académica, asistimos a la derrota teórica de los planteamientos que ha finales del siglo XX cuestionaron la cientificidad de la historia y las ciencias sociales. Estos “novísimos” planteamientos referían que “el quehacer histórico” había respondido a una “ideología” y por tanto carecía de objetividad, al reducir todo, al conflicto y las luchas sociales, es decir, ver solamente los enfrentamientos, las contradicciones.

Estos “novísimos” planteamientos buscaron hacer tabla rasa de todos los estudios académicos científicos con clara influencia marxista, en convergencia con el ambiente político mundial, que tras la caída del socialismo existente, llevó a intelectuales de extrema derecha a proclamar “el fin de la historia” y el triunfo de la democracia burguesa como modelo de sociedad (Francis Fukuyama).

De esta forma, durante los años 90 del siglo pasado; asistimos a una ofensiva general del imperialismo, resultando casi inadmisible defender el marxismo, la vigencia del pensamiento crítico, o cualquier utopía posible, por que el aparente triunfo del capitalismo, había llevado a los EEUU a convertirse en superpotencia hegemónica única.

En el mundo académico muchos intelectuales, quienes en décadas pasadas habían abrazado el marco teórico marxista por sólo pose o moda (profesaban ser marxistas y se sostenían de las andaderas de un marxismo catequístico), durante esos momentos se veían “...vagando como almas en pena, buscando un nuevo arrimo sin encontrar otro catecismo equivalente, que les devuelva la vieja confianza y la perdida alegría” (Fontana, 1992).

Martin Tanaka en sus propias palabras mencionaba que“…el derrumbe de las utopías ha dejado un gran vacío, no en los países en donde esa ideología ha hecho sus pruebas y ha fallado sino en aquellos en los que muchos la abrazaron con entusiasmo y esperanza. Por primera vez en la historia los hombres viven en una suerte de intemperie espiritual...” Ver: http://martintanaka.blogspot.com/2006/09/la-bsqueda-del-presente-de-octavio-paz.html

Y es que algunos sectores de la intelectualidad asumen cada cierto tiempo planteamientos novedosos en forma simplemente de moda, antes de constatar su sustento teórico “...dedicados a probar con cada una de las nuevas modas que aparecen en el mercado” (Fontana 1992:13).

En las últimas semanas destacados académicos del medio local, ingresaron a una polémica sobre la objetividad y el compromiso del científico social en las ciencias sociales, temas que vale la pena reflexionar, no con el ánimo de caricaturizar la posición contraria sino con el ánimo de esclarecer al público lector sobre estos problemas.

En lo referente a la objetividad debemos mencionar que la historia, ciencia integrante de las ciencias sociales, se desarrolla al interior de un orden económico social. Al respecto Lenin mencionó: “....en una sociedad erigida sobre la lucha de las clases no puede haber una ciencia social “imparcial…” y que vigente fueron esas palabras en aquellos momentos; hace algunas semanas Nelson Manrique, publicó un articulo titulado “La Objetividad” (La República Mar, 19/01/2010), y señaló dos formas de abordar la objetividad; una primera, de amplia aceptación, consistente en declararse neutral frente al objeto de estudio que “…cae en el error de asignar “una posición a las ideas existentes en plaza (radicales o conservadoras, progresistas o reaccionarias, etc.) para luego buscar ubicarse en una posición equidistante de ellas”(Ibíd.). Esta forma de abordar la objetividad no toma en cuenta al científico social como elemento integrante de la sociedad y que interactúa con su objeto materia de investigación, por tanto seria “…ilusorio pretender que por un acto de voluntad podemos ponernos por encima de las solidaridades sociales…nuestros prejuicios, fobias…para producir un conocimiento incontaminado” (Ibíd.).

Esta pretendida objetividad, fue divulgada y (se hizo) popular en las ciencias sociales de los años 90; su aparente visión objetiva carente de ideología, apostaba por alejar al hombre de su realidad concreta y de sus problemas reales, para reducirlo al análisis semántico y lingüístico, sin que ello signifique que estos ámbitos de estudio no sean importantes en el análisis.

La intención era ex profesa, se pretendía vendernos una historia sin conflicto, como si la lucha de clases, fuera un hecho inexistente en la historia, postulando que esta nueva forma de hacer historia era objetiva, dado que la otra era ideologizada; sin embargo, su enfoque de la historia al desconocer el conflicto desconocía una ley de la historia -la ley de la contradicción- expresada en la denominada lucha de clases, concepto que refleja la contradicción que se produce entre dos clases antagónicas cuando luchan por sus intereses de clase, y que se expresa en lucha económica, cuando un obrero se enfrenta a la patronal por mejores condiciones de vida, en lucha ideológica, al nivel de los planteamientos que legitiman el orden existente o lo cuestionan y en lucha política cuando una clase lucha por obtener el poder político.

Así la difundida “objetividad”, en aquellos novísimos planteamientos en la teoría y filosofía de la historia, sólo expresaba una visión idealista encubierta que tenía como objetivo de fondo, legitimar el orden existente y visualizar el aparente triunfo del capitalismo imperialista como un acontecimiento definitivo. Pretendiendo soslayar, la transitoriedad de los sistemas económicos sociales, negando que las restauraciones (como el aparente triunfo del capitalismo) o las contrarrevoluciones, fueran periodos transitorios en la marcha de la historia hacia una transformación social, que busque el beneficio de las inmensas mayorías en el mundo.

La otra forma de abordar la objetividad parte de reconocer que todo planteamiento o explicación presenta un sustrato ideológico y no es cierto “que la ideología distorsiona la percepción de los demás pero no la de uno mismo, porque uno piensa, limpiamente, “en científico”…(Ibíd.), sino que realizamos el análisis partiendo de la premisa que aceptamos esos condicionamientos sociales, nuestra identificación y compromiso con un agente de la historia y proponemos que somos “capaces de poner bajo control nuestros sesgos conscientes e inconscientes”(Ibíd.).

Este sinceramiento en lo académico nos permite incluso ser más objetivos por que se colocan nuestros “sesgos sobre la mesa en comparación con aquel que ingenuamente cree que no los tiene y que, al no reconocerlos, no puede controlarlos”. Por ello, Manrique se vale de Mariátegui, para explicar como el acercamiento a la realidad se puede hacer desde una posición comprometida, como cuando Mariátegui mencionaba “… mis juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”(Ibíd.). Pretender una objetividad alejada de los compromisos, pasiones, subjetividades del ser humano, es desconocer que son seres humanos los agentes cognoscentes o quienes elaboran las investigaciones, en palabras de Gonzalo Gamio Gehri “…la desvinculación absoluta del mundo vital constituye una ficción epistemológica”  Ver: http://gonzalogamio.blogspot.com/2010/01/sobre-la-objetividad-y-la-ciencia.html

Martin Tanaka hace suya una teoría del conocimiento que lo lleva ha afirmar “Estoy totalmente de acuerdo con que el "conocimiento objetivo" es una quimera…”, pero rápidamente afirma “…El problema es transmitir el mensaje de que, como la objetividad no existe, solo existe la subjetividad, y por lo tanto todos estamos autorizados a decir lo que nos de la gana y a defender aquello en lo que creemos sin ningún control” Ver: http://martintanaka.blogspot.com/2010/02/objetividad-y-ciencias-sociales.html

En su segunda argumentación Tanaka logra darse cuenta de la trampa a la que conduce aseverar que el conocimiento no es objetivo, y es que el conocimiento no es subjetivo, sino que “…el conocimiento es una imagen subjetiva de la realidad objetiva, un reflejo del mundo externo en las formas de actividad y conciencia humana. El mundo de las ideas no nace de la psicología individual ni de la fisiología del cerebro…el conocimiento, el mundo de las ideas… surge como forma y producto de la transformación activa de la naturaleza (Flamarión C, S. Cardoso 1981:26). Señalemos un ejemplo, la realidad circundante a nuestro derredor existe, independientemente de lo que nosotros pensemos, es objetiva; el conocimiento constituye la imagen subjetiva de esa realidad concreta, y allí sí estamos de acuerdo con Tanaka cuando menciona “…el vicio más recurrente en el que caemos es querer acomodar la realidad a nuestros deseos, opciones políticas o simples prejuicios, antes que cualquier otro”. http://martintanaka.blogspot.com/2010/02/objetividad-y-ciencias-sociales.html

La realidad debe ser aprehendida en toda su complejidad, la denominada objetividad, constituye el aprehender el objeto de investigación y lograr primero analizarlo, desmenuzarlo, encontrar su contradicción principal interna, las secundarias, las interrelaciones con la realidad misma y finalmente habiendo llegado a su esencia, develarlo en todas sus múltiples contradicciones, logrando llegar a una aproximación lo mas cercana a la realidad.

Un segundo tema a conversar es sobre el compromiso que asume el científico social, al respecto Martin Tanaka cae en un sinceramiento y nos brinda su compromiso como científico social al mencionar” …Hacemos ciencia social desde un compromiso con valores como la libertad, la democracia, la equidad, el pluralismo, la diversidad cultural, la honestidad científica, la búsqueda del conocimiento, etc..” Ver: http://martintanaka.blogspot.com/2010/02/objetividad-y-ciencias-sociales.html

El problema radica no en que Tanaka asuma un compromiso como científico social, sino que su compromiso sea con valores como la libertad, habría que pedirle que sea más explícito, ¿a que se refiere cuando menciona la libertad?, a la ¿libertad burguesa?; ¿desde que noción teórica aborda el concepto de la libertad?; sobre la democracia ¿Se referirá a la democracia burguesa?, la equidad, es que acaso para Tanaka el sistema económico existente, (según su percepción sólo debe remendarse, reacomodarse y/o perfeccionarse) ¿es un modelo que propugna la equidad? ¿No es cierto acaso que el actual sistema económico genera la concentración de riqueza en pocas manos?. En palabras del mismo Andrés Oppenheimerla creciente concentración de la riqueza en Latinoamérica debería hacer sonar campanas de alerta. Indica que los cinco últimos años de crecimiento económico de la región no se han traducido en la creación de una nueva clase media de decenas de millones de pequeños emprendedores, sino que más bien sirvieron para que los muy ricos se enriquezcan aún más”. Ver: http://ricos-y-pobres.blogspot.com/2008/08/la-concentracin-de-riqueza-en-amrica.html

Tanaka nos habla de pluralismo, ¿es el actual sistema capitalista en su expresión neoliberal, democrático y plural?, no es acaso cierto que por ejemplo, todos los programas de noticias y de análisis periodístico e investigativo tienen un discurso homogéneo, la defensa del libre mercado, y cualquiera que empiece a molestar y/o criticar al sistema, es expulsado de la aldea de comunicadores sociales en la televisión. No olvidemos que en nuestro país, aún se persigue el derecho de opinión, recuérdese que existe el delito de "apología de terrorismo", y que en palabras de Federico Salazar "La consagración del delito de apología es, para mí, una aberración. Creo, como dice la Constitución, que no hay delito de opinión. Creo en la validez universal y absoluta de este dogma" Ver: http://www.larepublica.pe/contrapelo/20/09/2009/defendamos-abimael

El compromiso del historiador o de cualquier científico social está implícito en su quehacer intelectual, en su praxis de dos formas, de manera explicita cuando da señales claras y nítidas de las banderas que hace suyas y de forma implícita cuando consciente o inconsciente defiende determinadas banderas que son para el las que deben seguirse, un ejemplo claro de ello lo da el mismo Tanaka cuando refiere líneas arriba “…Hacemos ciencia social desde un compromiso con valores como la libertad, la democracia, la equidad…..”.

La discusión académica surgida a raíz de estos dos temas en las ciencias sociales, la objetividad y el compromiso del científico social, invitan a continuar escribiendo sobre mas aristas y contrastar los modelos teóricos, las formas de analizar y abordar la realidad social, y también nos señala cuan acertado fue lo que mencionó Mao Tse Tung “…alentar la discusión y la crítica entre la gente que sostenga diferentes opiniones, permitiendo ambas libertades, la de criticar y la de contra criticar; significa no reprimir las opiniones erróneas sino convencer a la gente razonando con ellos" (Mao Tse Tung 1975: 273). Esta última cita intenta invitar a continuar el debate que se a iniciado en este y otros temas y que los científico sociales, sin importar su orientación y opción política, defiendan con ardor y con lo mejor de sus análisis sus planteamientos, el publico lector será finalmente quien sea el beneficiado al poder contrastar las diversas formas de enfoque con la realidad concreta.

CENTRO DE INVESTIGACIÓN "QANTU - UNFV"
CIQANTU UNFV - EDITORES

BIBLIOGRAFÍA
Cardoso, C. F (1981) Introducción al trabajo de la investigación histórica.
Barcelona. Grupo Editorial Grijalbo.
Fontana, J. (1982) Historia. Análisis del pasado y proyecto social.
Barcelona Grupo Editorial Grijalbo.
Mao Tse Tung (1975) Cinco Tesis Filosóficas. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Pekín .

No hay comentarios:

Publicar un comentario