jueves, 10 de febrero de 2011


LIBERALES NO HABIDOS


La Columna del Director | 10-02-2011 | Juan Carlos Tafur

Fuente: diario16 

La ausencia más notoria en esta contienda electoral es la del pensamiento liberal. Suponíamos que luego de casi dos décadas de haberse producido las primeras reformas estructurales que desmontaron el Estado populista, y luego de haberse producido un crecimiento significativo de la economía, los tiempos estaban maduros para acoger las ideas necesarias para dar el gran salto de ser un país pro empresarial a uno pro mercado.

Sin embargo, no es así. Salvo los planteamientos de Rafael Belaunde, quien lamentablemente no goza de mayores preferencias electorales, el resto de programas de gobierno casi no aporta novedad alguna en el sentido señalado.

Era hora de que así ocurriese. El modelo económico básico ha logrado consenso ciudadano. La gente reclama, estrictamente hablando, no un cambio del mismo, sino su mejoramiento en aspectos no vinculados a lo económico sino a servicios públicos. Salud, educación, justicia, seguridad, etc.

En otras palabras, que se emprendan las llamadas reformas de segunda generación. En otros países ya discuten la tercera ola, vinculada a la ciencia y la tecnología. Acá aún no damos los pasos necesarios para iniciar la segunda.

Los pocos liberales que emiten opinión, anidan fundamentalmente en los medios de comunicación, no en los partidos políticos. Reina el statu quo. Y, claro, el modelo es infinitamente superior a cualquier populismo, pero ya hace tiempo dejó de estar a la altura de las exigencias del momento.

Hoy la gente no se queja de las colas para comprar alimentos, pero sí de las que tiene que hacer para ser bien atendido en los hospitales públicos. Ya no se irrita por la falta de oportunidades de empleo, pero sí se resiente por las barreras inmensas que existen para que el mundo informal acceda a los estándares de la economía formal. Ya no sufre las huelgas radicales, pero sí se agobia por la calamidad de nuestra educación o de nuestro sistema judicial.

Lejanos los tiempos en que la policía era vista como instrumento de represión. Hoy se la ve como una red de corrupción. A nadie se le ocurre plantear la guerra del campo a la ciudad, pero el Perú rural sufre el abandono casi absoluto del Estado en materia de infraestructura básica.

Hay una tecnología liberal estudiada y aplicada en otros lugares del mundo con enorme éxito. En el Perú pareciera que es discusión propia de cenáculos académicos. No forma parte del discurso político.

Y lo preocupante es que el tiempo se acaba. Pronto llegaremos a un momento en el cual el ‘modelo’ mercantilista empresarial vigente no podrá asegurar las vigentes tasas de crecimiento. Chocará con la pared de un país que no ha sido beneficiado con las reformas microeconómicas e institucionales que señalamos. Los liberales, si los hay, se han sumado a la embriagante sensación de éxito que las cifras del MEF revelan. Y se han olvidado que lo que falta por hacer es mucho más que lo que se ha hecho.

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