lunes, 26 de abril de 2010


Liberales: ¿De Saulo a Paulo?

Lun. 26 abr '10

Peru21
Autor: Ricardo Vásquez Kunze

No puedo dejar aún mi perplejidad ante la reacción de ciertos sectores liberales por el frenesí con que han tomado el descalabro judicial de la Pontificia Universidad Católica del Perú frente al Arzobispado de Lima, por el caso de la administración de sus bienes y rentas. Cualquiera diría que mañana mismo Friedman, Hayeck, Von Mises y Popper van a iluminar los claustros de la universidad más importante e influyente del Perú. Cualquiera diría que la doctrina de la autonomía de la voluntad y la soberanía del individuo van a asentar sus reales en el espíritu de sus más de 15,000 estudiantes. Cualquiera diría que quien está por entrar a la universidad es Manuel González Prada y no el Opus Dei, la orden más conservadora de la Iglesia Católica, de la mano del Cardenal Cipriani y el santo Escrivá de Balaguer.

Puedo entender el júbilo de los conservadores pero no el de los liberales. Porque esta algarabía liberal dice, en realidad, mucho de la crisis del propio pensamiento liberal en el Perú. Ya se entiende por qué los liberales nunca han calado en el ideario de las clases dirigentes, menos aún en el imaginario popular. Porque, es obvio que ideológicamente, ningún liberal podría aplaudir un triunfo conservador, así como ningún conservador aplaudirá jamás un triunfo liberal. El liberalismo y el conservadurismo son como el agua y el aceite en lo que a principios rectores del mundo se refiere. Solo ante un peligro mayor como el fascismo o el comunismo podría haber un entendimiento político, como lo hubo en la Segunda Guerra Mundial o en la Guerra Fría.

Pero, obviamente, ese no es el caso en la PUCP. De ahí que solo me queda concluir que el liberalismo peruano o tiene un sancochado en la cabeza o tiene una crisis de identidad tan grande que no tiene el menor pudor de subirse al carro ideológico conservador, así como los marxistas tampoco lo tienen de auparse “al carro electoral de un fascista-chavista como Ollanta Humala”.

La pregunta que deberían hacerse los liberales es si sus ideales de progreso están más cerca de los así llamados “caviares” que de los conservadores y reaccionarios. Para hacerla simple: si están más cerca de la sociedad sueca que de la sociedad iraní. Creo que a cualquier liberal le gustaría vivir más en Suecia que bajo la férula de los Ayatholas y Ahmadinejad. Otro asunto es que la sociedad sueca no sea liberal. Pero para que cualquier sociedad lo sea, los liberales deben tener las cosas claras y ponerse a trabajar, hacer política, escribir libros, fundar universidades, regentar ONG. Su incompetencia no es culpa de los “caviares” ni le pondrá remedio un triunfo ideológico conservador.

Salvo que ya hayan hecho su “camino de Damasco” para terminar de Saulo en Paulo. En ese caso que vayan poniendo su cabeza en el tajo. Del réquiem se encarga el Cardenal.

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